Poema semanal de Johana Cabrera, de 4ºESO-B

Mi corazón te extraña


El silencio invita a mi mente
a retroceder en el tiempo
para recordarte,
la soledad a extrañarte,
y ofrecerte un amor
que no llegué a darte,
y la oscuridad
a buscar el mayor tesoro
que es el amor.
Y está escondido
dentro de nuestro corazón.

Carnavales de Venecia

Carnavales De Venecia

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Un poema de Rubén Darío, por Cristina I., de 4ºESO-B

Comenzamos a estudiar la poesía contemporánea. Aquí tenéis un claro ejemplo del Modernismo que hemos visto hoy en clase. Fijaos en la profusa adjetivación, la sonoridad y el colorido y la abundancia de figuras retóricas.


Sonatina, de Rubén Darío

La princesa está triste . . . ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro;
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas vanales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la líbelula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgullosos de las perlas de Ormuz?
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Esta presa en sus oros, esta presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal,
¡Oh quien fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está palida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
--¡Calla, calla, princesa --dice el hada madrina--,
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!

Poema semanal de Johana Cabrera, de 4ºESO-B

El recuerdo


Vuelve la paloma a mi ventana,
me trae unas rosas y me canta.
Mañana volverá otra vez
a darme de beber el agua de su ser.

En invierno me dijo que se iría,
que se iría porque esa es su vida.
El otoño dio paso al invierno
con su baile de hojas en el suelo.

Me levanté y lo ví en el cielo
y en mi ventana sólo quedó
los lindos recuerdos de un ayer
y las cenizas de un bello amor
que me dejó, en una caja, su corazón.

Argumento de "Los santos inocentes", por Laura, de 4ºESO-A

Los santos inocentes – Miguel Delibes.

Una familia de campesinos, formada por Paco y Régula y sus tres hijos, Nieves, Quince y Charito, viven en una humilde casa al servicio de los señores del cortijo, trabajando, obedeciendo y soportando humillaciones sin queja alguna.
Su única preocupación es que sus hijos estudien y abandonen esa vida que llevan. Charito, su hija menor, a la que llaman la niña chica, es retrasada mental, por eso permanece siempre en la cuna. A la familia pronto se suma Azarías, hermano de Régula, al ser despedido de su trabajo en otro cortijo cercano. Azarías es un inocente con dificultad de expresión y retraso mental, cuya única preocupación es la cría de una pequeña familia de cuervos, su milana bonita. La vida en el cortijo sigue la misma rutina de siempre, unos mandan y otros obedecen; acontecimientos familiares, cacerías y fiestas se suceden en la casa grande. En una de estas cacerías el señorito Iván mata con su escopeta al pájaro de Azarías, por lo que éste termina ahorcándolo.

Poemas de Mayra Román, de 4ºESO-C

Poemas San Valentín


Te sigo amando
a pesar de todo
te necesito junto a mí,
siempre junto a mí...
Para poder sobrevivir
sabes que sin tí no puedo
no me falles que me muero
tú me enseñastes como amar....
Te quiero no te puedo olvidar.
Cada vez que te veo...
revives mis sentimientos
Siento... felicidad, ganas de besarte
poder abrazarte, decirte y
demostrarte todo mi amor.
Estar los dos fusionados en uno,
vivir un gran amor hasta la muerte
¡¡NO!! más allá de la muerte...
nuestro amor será eterno.
-_-_-_-_-_-_-_

Cuando tus ojos se cruzan con mis ojos
traspaso tu alma sin complejos.
Cuando tu piel choca con mi piel
es una suave droga de placer.
Cuando tus labios se juntan con mis labios
siento el paraiso no muy lejano.
Cuando te alejas y yo me alejo
me ahogo en un inmenso silencio.
-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_

¡Oh hermoso aroma
que encuentro vagando solo,
sin dueño, sin propietario!

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_

¿Acaso hay medicina más eficaz
que el beso de tus labios?



Mayra Román Ramírez 4ºC

Poema de Cristina Muñoz, de 4ºESO-B

Te tengo tan cerca,
Te siento tan lejos,
Te extraño,
Te quiero,
No puedo sin ti.
Te miro a los ojos,
Y no pienso nada,
Sin duda te quiero,
Desde que te vi.
Son tantas las dudas,
Tantos sentimientos,
Y tanta locura,
Dentro de mí.
Te quiero,
Te siento,
Te tengo tan dentro,
Más nunca yo,
Me olvidaré de ti.

Poema semanal de Johana Cabrera, de 4ºESO-B

Tu Mirada

Un día de invierno
cuando pensaba
que el amor no existía,
viendo que la lluvia no paraba,
de repente, apareció tu mirada
que de una tarde helada
se convirtió en una vida
llena de esperanzas.
Mi corazón se estremeció
y secó su melancolía.
Azules ojos que iluminaban el día
que en mi, volvía la alegría.
Y recuperando la pasión
que tanto encendía a mi corazón.
Como volviendo a nacer
o encarnándome en otro ser.
Como si todo lo veía con tus ojos
dejando a un lado mi dolor
y olvidando la traición.