Felipe II, mecenas de las artes
Tratando el tema del mecenazgo, hay que romper en muchos casos con el tópico de que los escritores de los siglos XVI y XVII gozaron de la protección de los poderosos para los que trabajaban, ya que en muchas ocasiones los propios autores costeaban la impresión de los libros que les dedicaban. Lo que sí es verdad es que los escritos intentaban acercarse a la corte a través de adulaciones y dedicatorias para agradar al noble o monarca en cuestión. De todas formas, en muchos casos sí que se produjo el fenómeno del mecenazgo de parte de fundamentalmente dos grupos bien diferenciados: por un lado los reyes, príncipes, nobles y la alta jerarquía de la corte, y por otro lado las altas autoridades eclesiásticas.Es frecuente que los autores de libros busquen una seguridad en la figura del mecenas con un doble fin: la protección a posibles críticas y el pago de la edición. Junto a los autores y mecenas en la función principal de la producción del libro lo ocupa el papel del librero-editor y autor de la obra, ya que tenemos que tener en cuenta que esta figura que actualmente es desempeñada por diversas personas en la época renacentista respondía a una misma persona.Ahora centrándonos en el personaje que nos acontece, resumiremos brevemente algunos aspectos biográficos sobre Felipe II y su relación con el mecenazgo.Felipe II recibió una educación amplia y variada teniendo como objetivo el gobierno del estado. Don Juan Martínez Siliceo fue nombrado su tutor en 1534 para que le enseñase a leer y escribir. Recibió clases de latín, griego, matemáticas, arquitectura, geografía y sobre todo lectura y gramática. Los avances de Felipe en su educación eran muy evidentes. Mantenía contactos con diversos eruditos que le produjeron una gran pasión por los libros, pasión que se prolongará durante toda su vida como se aprecia en la biblioteca del Escorial, la biblioteca privada más importante del mundo que Felipe II tenía intención de hacer accesible a cualquier persona.na de las facetas más destacadas de la compleja e incomprendida personalidad de Felipe II será la de mecenas. Durante el largo viaje que realizó en su juventud a Países Bajos, Alemania e Italia pudo comprobar personalmente la implicación de las cortes de estos países con la cultura. Desde este momento iniciará un programa cultural al que aportará importantes sumas de dinero destinado fundamentalmente al mecenazgo y a la difusión tanto de la cultura como de la lengua española.