martes, 17 de febrero de 2009

Un novelista en 3ºB, Ángel. Nos ofrece en primicia el inicio de su novela

VIRUS (Un día chungo)

Me llamo Ángel y tengo 25 años. El día 6 de febrero del 2020 me cambió por completo la vida, estando yo en la base militar de Albacete a las 5 de la tarde. Estaba de servicio, descansando en la cantina con mis compañeros Rubén el Moje, Oscar, José Javier alias J.J, uno de mis grandes amigos David o Deivy para los amigos, y Pedro el médico.
Esos dos últimos años estábamos en alerta roja en todo el país por un virus encontrado en Europa del este y Asia, ese virus acababa con todos los países con los que se encontraba en su camino y nadie sobrevivía para contarlo.
A las 5 y media vi desde la ventana un helicóptero, por la bandera y los pilotos, sabía que eran los que habían ido a investigar el virus.
De repente a eso de las seis menos cuarto entró un chico que llamó a mi amigo Pedro, Pedro salió pero J.J y yo vimos una marca en la espalda de ese chico.
El chico era joven, más o menos de mi edad, aún recuerdo como se llamaba, se llamaba Antonio y nunca hubiera pensado que esa tarde ese chico iba a morir o a vivir estando muerto.
Pedro fue con él y todos los demás detrás. Cuando llegamos al laboratorio de la base, Pedro se fue para dentro. Esa fue la última vez que lo vi.
Oímos poniendo la oreja en la puerta que los científicos decían que nunca habían visto un virus parecido que se contagiaba con facilidad y hacia que las personas se pudrieran y se volvieran agresivas.
Antonio se fue y yo detrás para hablar con él sobre esa herida, cuando al revolver la esquina cayó al suelo. Yo llamé a una chica que andaba por allí, cuando ella vino le tomó el pulso pero no tenía.
El cuerpo del chico se estaba descomponiendo con rapidez y de repente se levantó y mordió a la chica. El cadáver de ese chico o zombi se dio la vuelta y me miró, era como una película de terror. Tenía los ojos rojos, su piel le colgaba y también una especie de baba viscosa.
A todo esto no me di cuenta de que en el laboratorio había pasado algo y salí corriendo con mis compañeros.
Todos queríamos salir de allí y avisar de lo que estaba pasando, y así que cogimos mi coche y nos dirigimos a la armería y al comedor.

J.J entró en la armería mientras yo vigilaba el coche. De repente oí como J.J me llamaba, así que bajé y allí en el sótano había un soldado contagiado que quería suicidarse tirando una bomba pero lo redujimos y le quitamos la granada.
Cuando salimos de allí decidimos ir a Hellín ya que era nuestro hogar y queríamos avisar a nuestras familias.

Continuará...

1 comentario:

Quique dijo...

Ángel me has dejado con intriga, para ser la primera parte de la novela, tengo que decir que tiene buena pinta, sigue así, no nos decepciones.

Precioso vídeo

No me acostumbro... al olvido...

Machado y Soria. Caminos y sus recuerdos

De otras melancolías y pasos perdidos

Que nada cambie tu mundo... ¿o sí?...

El Alcalde de Zalamea, por alumnas de 1ºBach A

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach A

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach B-C

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de !ºBach A-B-C

El alcalde de Zalamea, por alumas de 1ºBach A

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach A-C

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach C

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach B

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach C

El alcalde de Zalamea, por alumnas de 1ºBach A y B

Vida de Cevantes, por Cristina Muñoz, de 1ºBach C

Problemas de género en nuestra lengua