Somos lo que soñamos.
Somos lo que soñamos ser y ese sueño no es tanto una meta como una energía. Caemos, nos levantamos. Cada día la vida empieza de nuevo.
La vida es un acto de resistencia y de reexistencia. Vivimos, revivimos. Pero todo se sostiene en la memoria. Somos lo que recordamos.
Hay un dolor parecido al dolor de muelas, a la pérdida física y es perder algún recuerdo que queremos. Esas fotos imprescindibles en el álbum de la vida. Por eso hay una clase de melancolía que no atrapa, sino que nutre la libertad. En esa melancolía, como espuma en las olas, se alzan los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario