sábado, 29 de enero de 2011

Precioso poema de la película "Invictus"

El poema “Invictus”, de una belleza melancólica, victoriana, marmórea, impresionante, sobrecogedora, es un canto a la fe, a la libertad y a la resistencia humana enfrentadas a los momentos más desoladores, solitarios y terribles de la existencia. No es de extrañar que el poema fuera escrito por un hombre que fue niño condenado a la enfermedad y la minusvalía; no es de extrañar que este poema le sirviera de guía y consuelo espiritual a Nelson Mandela mientras estaba encarcelado y era humillado y vejado por su ideas, por su compromiso ético con los suyos, consigo mismo. El poema dice así el original inglés y en su traducción española:

INVICTUS
Out of the night that covers me,

Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
-In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
-Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul.

INVICTUS

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los añosme encuentra,
y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

jueves, 27 de enero de 2011

Poema que le gusta a Paula,de 1ºBach A

ETERNA SOMBRA
Yo que creí que la luz era mía

precipitado en la sombra me veo.
Ascua solar, sideral alegría
ígnea de espuma, de luz, de deseo.
Sangre ligera, redonda, granada:
raudo anhelar sin perfil ni penumbra.
Fuera, la luz en la luz sepultada.
Siento que sólo la sombra me alumbra.
Sólo la sombra. Sin astro. Sin cielo.
Seres. Volúmenes. Cuerpos tangibles
dentro del aire que no tiene vuelo,
dentro del árbol de los imposibles.
Cárdenos ceños, pasiones de luto.
Dientes sedientos de ser colorados.
Oscuridad del rencor absoluto.
Cuerpos lo mismo que pozos cegados.
Falta el espacio. Se ha hundido la risa.
Ya no es posible lanzarse a la altura.
El corazón quiere ser más de prisa
fuerza que ensancha la estrecha negrura.
Carne sin norte que va en oleada
hacia la noche siniestra, baldía.
¿Quién es el rayo de sol que la invada?
Busco. No encuentro ni rastro del día.
Sólo el fulgor de los puños cerrados,
el resplandor de los dientes que acechan.
Dientes y puños de todos los lados.
Más que las manos, los montes se estrechan.
Turbia es la lucha sin sed de mañana.
¡Qué lejanía de opacos latidos!
Soy una cárcel con una ventana
ante una gran soledad de rugidos.
Soy una abierta ventana que escucha.
por donde va tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida.

Miguel Hernández

miércoles, 19 de enero de 2011

Poema creado por Cristina Muñoz, de 1ºBach C

Como decir que todo está hecho,
Si un beso de sus labios se negó a dar,
En todos los instantes de esa vida imaginaria,
Pensó que era distinto lo que quiso pasar.
Ese día tan cercano que nunca llegaría,
Tan próximo estaría sin quererlo saber ella,
Pero el día que pensó que todo acabaría,
Comenzó a brillar con gran esplendor.
Ese día imaginario, que llegó a ser real,
Día 11 de Diciembre quiso empezar,
A tener el amor más cerca ha de estar.
Paseaba ella por un bosque, florido y hermoso,
Con gran hermosura sus cabellos castaños,
Volaban al viento acariciándola.
Tan pronto como el día iba cayendo,
Sus ojos marrones se apagan sin cesar,
Y sus cabellos castaños ya no brillaban,
Y su sonrisa alegre desapareció.
De nuevo el día empezó,
Y el sol comenzó a brillar sin cesar,
Y la chica de cabellos castaños claro,
Quiso salir a pasear.
Recordó ese instante tan minucioso,
Y volvió al bosque florido y hermoso,
Y su sorpresa fue tal al encontrarse,
A un joven apuesto de gran clase.
El joven al verla,
Quedó anonadado,
Sorpresa sintió.
La joven impactada con gran impresión,
Salió del bosque,
Y no cesó,
Le gritaba el corazón.
Y llegó la fría noche,
Y la joven se puso a llorar,
Y sus ojos ya no brillaban,
Lloraban sin parar.
Pero el día llegó,
Y ella quiso volver,
Para intentar ver,
Al joven que conoció.
Y se encontraron en el bosque,
Paraíso de amor,
Y la noche llegó.

Argumento de una novela, por Carmen M.

La familia de Pascual Duarte.
1. Argumento
En la familia de Pascual Duarte el narrador-protagonista, un pobre campesino extremeño de nombre Pascual Duarte, narra desde la cárcel las calamidades que la vida le deparó.
Ya de niño era brutalmente golpeado por su padre, expuesto al alcoholismo de su madre, en resumen, criado en el clima hostil de su casa. Todo ello marca la mala suerte que Pascual tendría en el futuro: le sucedieron continuas desgracias tales como las muertes de sus hijos (uno abortado y el otro muerto a los once meses), la de su mujer Lola, etc.
Continuos malestares acompañan al protagonista a lo largo de su vida, asiste a la muerte de su hermano Mario; hijo bastardo de su madre; la prostitución de su hermana, el asesinato intenciono a sus manos del Estirao, el chulo de su hermana,.... Hasta su muerte, una muerte lastimosa.
Tanta tragedia en ciertos momentos se ve eclipsada por momentos de felicidad para el protagonista: el nacimiento de su hijo Pascualillo, cuando ve por primera vez el mar, incluso, en cierto modo, cuando finalmente acaba con la vida de su madre y logra respirar.
2.- Contexto Histórico en el que se desarrollan los hechos
La vida de nuestro protagonista se desarrolla entre los años 1882 y 1937, años en los que la realidad socio-política española estaba marcada por un clima de profunda inestabilidad. Es una de las épocas más agitadas dentro de nuestro Constitucionalismo Histórico con bruscos cambios de Gobierno y de Constitución siendo estas Constituciones más teóricas que fácticas.
Igualmente es la época en la que más se acentúa la decadencia española desde la cúspide alcanzada en el s. XVI hasta la pérdida en el año 1898 de las últimas colonias en Hispanoamérica.
El protagonista de la obra, naturalmente también se ve influenciado, condicionado e impregnado por el clima social reinante en el momento y aunque en ocasiones las referencias explícitas sean difíciles de deducir en ciertas ocasiones parece que el autor está refiriéndose implícitamente a las mismas.
3.- Los Personajes
§ Pascual: narrador-protagonista. Su vida se encuentra llena de desgracias y mala suerte. Es un hombre rencoroso e impulsivo lo cual le llevará a asesinar sin escrúpulos y a acabar sus días en la cárcel.
§ Rosario: Es la hermana de Pascual y tenia un control total sobre su padre quien delante de ella no pegaba a su madre ni armaba bulla. Se va de casa y probablemente ejerce como prostituta, mas tarde vuelve, humillada por el Estirao. Su relación con Pascual es buena y sufre con lo que le ocurre a su hermano.
§ Esteban Duarte: Padre de Pascual. Fue contrabandista lo cual le hizo ir a la cárcel. Propinaba grandes palizas a Pascual y a su mujer. Muere como consecuencia de la mordedura de un perro rabioso tras dos días de encierro en una alacena.
§ Lola: Es la primera esposa de Pascual quien se casó con ella tras haber quedado deshonrada por Pascual. Perdió a dos hijos, uno tras un aborto y el otro que murió con once meses. Tras la marcha de Pascual a La Coruña, ella lo engaña con el Estirao y queda embarazada de este. Muere al decirle a Pascual que el hijo que espera es del Estirao.
§ Mario: Hermano por parte de madre de Pascual ya que no era hijo de Esteban, sino de Rafael. Le suceden múltiples desgracias como cuando un cerdo le comió las orejas y su muerte ahogado en una tinaja de aceite.
§ Rafael: Amante de la madre de Pascual. Era malvado especialmente con Mario, su hijo.
§ Madre de Pascual: perversa, cruel, alcohólica. Pegaba a sus hijos y deshonró a su marido, con Rafael. Era perversa y finalmente, Pascual la mata por todo lo que le hizo pasar.
§ Engracia: Bruja o curandera del pueblo. Iba mucho a la casa de Pascual ya que siempre había algún percance y estuvo presente en los diferentes partos y en las enfermedades que la familia padeció.
§ El Estirao: Era un Gigolo que vivía a costa de las prostitutas. Pascual lo odiaba profundamente. Deshonró a su hermana y a su mujer, y a el lo corneó. Pascual le propina una paliza y finalmente lo mata.
§ Don Manuel: Cura del pueblo. Pascual fue a verlo cuando iba a casarse. Tras el entierro de su padre se lleva muy bien con él y le besa la mano y lo saluda cuando lo ve por la calle.
§ Lureña: Cura de la prisión. Se llevaba muy bien con Pascual, y lo confesó cuando este le mandó llamar. Admiro la entereza de Pascual en los momentos antes de su muerte.
§ Esperanza: Segunda mujer de Pascual y sobrina de Engracia. Estaba enamorada de Pascual desde antes de que se casara con Lola. Se casa con Pascual cuando sale del Penal y contempla como mata a su madre.
§ Don Corrado: Director del penal de Badajoz. Es un hombre bueno y comprensivo, que ayuda a Pascual a salir de la cárcel la primera vez.

Un cuento de Don Juan Manuel, por Paula

Cuento XXXII
Juan Manuel
Lo que sucedió a un rey con los burladores que hicieron el paño
Otra vez le dijo el Conde Lucanor a su consejero Patronio:
-Patronio, un hombre me ha propuesto un asunto muy importante, que será muy provechoso para mí; pero me pide que no lo sepa ninguna persona, por mucha confianza que yo tenga en ella, y tanto me encarece el secreto que afirma que puedo perder mi hacienda y mi vida, si se lo descubro a alguien. Como yo sé que por vuestro claro entendimiento ninguno os propondría algo que fuera engaño o burla, os ruego que me digáis vuestra opinión sobre este asunto.
-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, para que sepáis lo que más os conviene hacer en este negocio, me gustaría contaros lo que sucedió a un rey moro con tres pícaros granujas que llegaron a palacio.
Y el conde le preguntó lo que había pasado.
-Señor conde -dijo Patronio-, tres pícaros fueron a palacio y dijeron al rey que eran excelentes tejedores, y le contaron cómo su mayor habilidad era hacer un paño que sólo podían ver aquellos que eran hijos de quienes todos creían su padre, pero que dicha tela nunca podría ser vista por quienes no fueran hijos de quien pasaba por padre suyo.
»Esto le pareció muy bien al rey, pues por aquel medio sabría quiénes eran hijos verdaderos de sus padres y quiénes no, para, de esta manera, quedarse él con sus bienes, porque los moros no heredan a sus padres si no son verdaderamente sus hijos. Con esta intención, les mandó dar una sala grande para que hiciesen aquella tela.
»Los pícaros pidieron al rey que les mandase encerrar en aquel salón hasta que terminaran su labor y, de esta manera, se vería que no había engaño en cuanto proponían. Esto también agradó mucho al rey, que les dio oro, y plata, y seda, y cuanto fue necesario para tejer la tela. Y después quedaron encerrados en aquel salón.
»Ellos montaron sus telares y simulaban estar muchas horas tejiendo. Pasados varios días, fue uno de ellos a decir al rey que ya habían empezado la tela y que era muy hermosa; también le explicó con qué figuras y labores la estaban haciendo, y le pidió que fuese a verla él solo, sin compañía de ningún consejero. Al rey le agradó mucho todo esto.
»El rey, para hacer la prueba antes en otra persona, envió a un criado suyo, sin pedirle que le dijera la verdad. Cuando el servidor vio a los tejedores y les oyó comentar entre ellos las virtudes de la tela, no se atrevió a decir que no la veía. Y así, cuando volvió a palacio, dijo al rey que la había visto. El rey mandó después a otro servidor, que afamó también haber visto la tela.
»Cuando todos los enviados del rey le aseguraron haber visto el paño, el rey fue a verlo. Entró en la sala y vio a los falsos tejedores hacer como si trabajasen, mientras le decían: «Mirad esta labor. ¿Os place esta historia? Mirad el dibujo y apreciad la variedad de los colores». Y aunque los tres se mostraban de acuerdo en lo que decían, la verdad es que no habían tejido tela alguna. Cuando el rey los vio tejer y decir cómo era la tela, que otros ya habían visto, se tuvo por muerto, pues pensó que él no la veía porque no era hijo del rey, su padre, y por eso no podía ver el paño, y temió que, si lo decía, perdería el reino. Obligado por ese temor, alabó mucho la tela y aprendió muy bien todos los detalles que los tejedores le habían mostrado. Cuando volvió a palacio, comentó a sus cortesanos las excelencias y primores de aquella tela y les explicó los dibujos e historias que había en ella, pero les ocultó todas sus sospechas.
»A los pocos días, y para que viera la tela, el rey envió a su gobernador, al que le había contado las excelencias y maravillas que tenía el paño. Llegó el gobernador y vio a los pícaros tejer y explicar las figuras y labores que tenía la tela, pero, como él no las veía, y recordaba que el rey las había visto, juzgó no ser hijo de quien creía su padre y pensó que, si alguien lo supiese, perdería honra y cargos. Con este temor, alabó mucho la tela, tanto o más que el propio rey.
»Cuando el gobernador le dijo al rey que había visto la tela y le alabó todos sus detalles y excelencias, el monarca se sintió muy desdichado, pues ya no le cabía duda de que no era hijo del rey a quien había sucedido en el trono. Por este motivo, comenzó a alabar la calidad y belleza de la tela y la destreza
de aquellos que la habían tejido.
»Al día siguiente envió el rey a su valido, y le ocurrió lo mismo. ¿Qué más os diré? De esta manera, y por temor a la deshonra, fueron engañados el rey y todos sus vasallos, pues ninguno osaba decir que no veía la tela.
»Así siguió este asunto hasta que llegaron las fiestas mayores y pidieron al rey que vistiese aquellos paños para la ocasión. Los tres pícaros trajeron la tela envuelta en una sábana de lino, hicieron como si la desenvolviesen y, después, preguntaron al rey qué clase de vestidura deseaba. El rey les indicó el traje que quería. Ellos le tomaron medidas y, después, hicieron como si cortasen la tela y la estuvieran cosiendo.
»Cuando llegó el día de la fiesta, los tejedores le trajeron al rey la tela cortada y cosida, haciéndole creer que lo vestían y le alisaban los pliegues. Al terminar, el rey pensó que ya estaba vestido, sin atreverse a decir que él no veía la tela.
»Y vestido de esta forma, es decir, totalmente desnudo, montó a caballo para recorrer la ciudad; por suerte, era verano y el rey no padeció el frío.
»Todas las gentes lo vieron desnudo y, como sabían que el que no viera la tela era por no ser hijo de su padre, creyendo cada uno que, aunque él no la veía, los demás sí, por miedo a perder la honra, permanecieron callados y ninguno se atrevió a descubrir aquel secreto. Pero un negro, palafrenero del rey, que no tenía honra que perder, se acercó al rey y le dijo: «Señor, a mí me da lo mismo que me tengáis por hijo de mi padre o de otro cualquiera, y por eso os digo que o yo soy ciego, o vais desnudo».
»El rey comenzó a insultarlo, diciendo que, como él no era hijo de su padre, no podía ver la tela.
»Al decir esto el negro, otro que lo oyó dijo lo mismo, y así lo fueron diciendo hasta que el rey y todos los demás perdieron el miedo a reconocer que era la verdad; y así comprendieron el engaño que los pícaros les habían hecho. Y cuando fueron a buscarlos, no los encontraron, pues se habían ido con lo que habían estafado al rey gracias a este engaño.
»Así, vos, señor Conde Lucanor, como aquel hombre os pide que ninguna persona de vuestra confianza sepa lo que os propone, estad seguro de que piensa engañaros, pues debéis comprender que no tiene motivos para buscar vuestro provecho, ya que apenas os conoce, mientras que, quienes han vivido con vos, siempre procurarán serviros y favoreceros.
El conde pensó que era un buen consejo, lo siguió y le fue muy bien.
Viendo don Juan que este cuento era bueno, lo mandó escribir en este libro y compuso estos versos que dicen así:
A quien te aconseja encubrir de tus amigos

más le gusta engañarte que los higos.

lunes, 17 de enero de 2011

Un mito, por Paula Oñate, de 1ºBach A

El Mito de La Formación de la Vía Láctea

Se cree que fue Hera, la esposa de Zeus el dios de dioses, la que dio origen a la Vía Láctea, nuestra galaxia.
Zeus era muy aventurero y le gustaba mucho tener diferentes mujeres, por lo que nunca le guardó fidelidad a su mujer. En una de estas aventuras, Zeus se unió con Alcmena en ausencia de su marido. El dios se hizo pasar por el ausente, y como la mujer le gustaba mucho decidió estar con ella en una noche que durara mucho, por lo que por orden de él, el sol no salió cuando tenía que haberlo hecho.
Después el esposo de Alcmena, Anfitrión, regresó y se unió a ella. De ambas uniones Alcmena quedó embarazada. El hijo de Zeus fue Heracles (Hércules en la tradición latina) y el hijo de Anfitrión fue Ificles.
Heracles fue desde su concepción, el favorito de Zeus a lo cual Hera respondió con ira y celos, pues no soportaba la idea de que el hijo de otra mujer fuera tan querido para su divino esposo.
Así, la diosa decidió complicar el nacimiento de Heracles quien se quedó 10 meses dentro del vientre de su madre. Y además ella es la responsable de que el héroe tuviera que sufrir los Doce Trabajos y cuando era un bebé de ocho meses, Hera le envió dos terribles serpientes para asesinarlo, sin embrago el niño supo defenderse sin problemas.
Ahora bien, existía la condición de que Heracles sólo sería inmortal si mamaba de Hera y esto no iba a ocurrir con el consentimiento de la diosa.
Sobre esta historia existen dos versiones. Primero, se cree que Hermes, el mensajero de los dioses, llevó al niño a donde Hera mientras ella dormía y lo puso en su seno para que mamara la leche divina. Cuando Hera se despertó y descubrió a Heracles en su pecho lo retiró bruscamente y la leche siguió manando, se esparció por el universo y formó la Vía Láctea.
La otra versión indica que Hera iba con Atenea paseando por el campo cuando vieron al niño descansando en la hierba. Atenea convenció a la diosa de que lo amamantara, pues era muy hermoso. Hera accedió, pero pronto Heracles chupó la leche con tal violencia que hirió a la diosa. Hera lo apartó de su seno vigorosamente y la leche siguió fluyendo hasta que formó la Vía Láctea.

jueves, 13 de enero de 2011

Biografía de Cela, por Carmen M. Martínez, de 1ºBach A

Biografía de Camilo José Cela.

Camilo José Cela Trulock nació en Iria Flavia, en las proximidades de Padrón (La Coruña), en 1916. Antes de la guerra empezó los estudios de Medicina, pero asistió también a clases en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid como por ejemplo las de Pedro Salinas.
Tras la guerra pasó a estudiar Derecho, pero tampoco terminó la carrera. Fue funcionario en una oficina sindical en la que, según parece, escribió su Pascual Duarte. Un largo reposo por enfermedad le permitió leer intensamente a los clásicos. Restablecido, y alentado por el éxito de su primera novela, se dedica por entero a la literatura en la que pronto alcanza un puesto singularísimo. Camilo José Cela fue fundador y director de la revista Papeles de Son Armadans y en 1957, ingresa en la RAE. Vive en Madrid y en Palma de Mallorca. Entre 1977 y 1979 fue senador por designación real. Igualmente fue coronado con numerosos premios literarios tales como: el Premio Nacional de Literatura 1984, el Premio Príncipe de Asturias 1987. En 1989, el Nobel de Literatura corona su carrera.

Precioso vídeo

No me acostumbro... al olvido...

Machado y Soria. Caminos y sus recuerdos

De otras melancolías y pasos perdidos

Que nada cambie tu mundo... ¿o sí?...

El Alcalde de Zalamea, por alumnas de 1ºBach A

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach A

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach B-C

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de !ºBach A-B-C

El alcalde de Zalamea, por alumas de 1ºBach A

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach A-C

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach C

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach B

El Alcalde de Zalamea, por alumnos de 1ºBach C

El alcalde de Zalamea, por alumnas de 1ºBach A y B

Vida de Cevantes, por Cristina Muñoz, de 1ºBach C

Problemas de género en nuestra lengua