El ciego del Lazarillo, por Iván, de 3ºESO-B

Recuperé la conciencia una tarde cenicienta y mustia y volví a casa un tanto raro, noté que faltaba algo, ese algo era Lázaro...que se fue dándome una buena lección, pero por un lado estoy contento ya que Lázaro a cogido experiencia a raíz de mis crueles lecciones. Ahora estoy solo y no se que hacer, ese muchacho es el mejor que he tenido, porque he tenido muchos, de los cuales destaco: José, Pepe y Fausto.
José era un muchacho un tanto gandul y muy mal educado, que no tardé en echarlo porque no me hacia las tareas.
Pepe, era un chico recio y prepotente, pero me trabajaba y ayudaba mucho pero un día me enfadé mucho con él porque me engañó con la comida y le tire un estacazo pero se revolvió y me tiro tal palizón que me quede tirado varias horas en el suelo, él se marchó por si solo, llevándose de la casa todas las ganancias y las pocas riquezas.
Yo fui aprendiendo poco a poco de estos jóvenes muchachos y cada vez con más maldad.
Bueno, pasado un tiempo me encontré con Fausto, un mozo muy inteligente cuyo padre era un juglar, Fausto siempre iba engañándome para bienes suyos pero yo actuaba con mas crueldad arreándole buenos palos y castigos para intentar infundir respeto.Pero éste también me burló haciéndome caer por un pozo al que íbamos a coger agua, Y así después de Fausto vino Lázaro que ya no me achiqué con este y le demostré lo que había aprendido pero no me funciono mucho tampoco…