El último amo de Lázaro: El Panadero
Y por ultimo vuestra Merced que no todos mis amos fueron unos canallas mal nacidos, porque mi último amo me ha enseñado gran parte de las cosas que se y es la mejor persona que he conocido nunca. Todo empezó cuando al huir de mi anterior amo pase días sin comer y la desesperación me llevo a intentar robar en la tienda de un humilde panadero, no quería abusar solo quería un par de panes para matar el hambre cuando me engancho por el pescuezo, pero al darse cuenta de que era un pobre niño hambriento me ofreció un vaso de agua y un trozo de pan. Cuando disponía a marcharme el panadero me propuso alojamiento y comida a cambio de ser su ayudante en la panadería. Mi primera tarea fue barrer el suelo, de vez en cuando le hacia la pelota a alguna señora y me ganaba una pequeña propina que me serbia para cuando reunía una cantidad mayor permitirme el lujo de comprarme una onza de chocolate. Poco a poco yo notaba como el panadero misteriosamente sin motivo aparente me estaba cogiendo cariño. Al cabo de un tiempo pase del miserable trabajo de barrer el suelo a meter la masa del pan en el horno. Una noche escuche al pobre panadero llorar, yo me hice el sordo para ahora que por fin era feliz evitarme problemas. Al día siguiente me tuve que ir con la carretilla a vender pan a la plaza. Cuando llegue la tienda estaba desierta, me pareció raro porque siempre había por lo menos la señora Benita que como era muy golosa siempre estaba allí comprando dulces. Cuando el panadero se percato de mi presencia, me dijo.
-Lázaro entra por favor tenemos que hablar-
-Dime amo-
-Te lo voy a decir claramente, estoy muy enfermo, me queda poco tiempo de vida y quiero que sepas que eres mi única familia y que cuando yo falte quiero que te encargues de mi panadería, mi abuelo se la dejo a mi padre, mi padre me la dejo a mí, y como tú eres lo más parecido a un hijo quiero que te la quedes-
-Gracias amo será todo un honor hacerme cargo de esta panadería-
Desde ese momento sentía una especie de mezcla de sentimientos en mi interior, por una parte sentía alegría porque nunca más tendría que mendigar para poder comer, tendría mi propia panadería, y por otro lado una enorme tristeza porque sabía que mi amo, el panadero se podía morir en cualquier momento. Durante los días siguientes note a mi amo muy triste porque sabía que la muerte le acechaba. Durante una fría noche dormía tan tranquilamente cuando una áspera voz gritaba mi nombre, pensaba que estaba soñando pero me di cuenta que era mi amo que me llamaba.
-¡Lázaro, Lázaro aprisa ven!-
-Voy amo-
-Mi hora a llegado estos son mis últimos momentos de vida y si de algo me alegro de morir así es que no lo voy a hacer solo sino que tu vas a estar conmigo, espero que sepas cuidar de mi negocio, adiós-
-¡No, no, aguante por favor!-
Era inútil, mi amo había pasado a la mejor vida. Pegue un cartel en la puerta de la panadería avisando al pueblo de la muerte de su panadero y de que ahora yo iba a ser el que a partir de ahora se encargara de la tienda.
Ya he acabo vuestra Merced esta es la vida de Lázaro de Tormes ya usted opine lo que quiera yo creo que el tiempo que pase con el panadero y que gracias a su generosidad y a su panadería a merecido la pena por todo lo que he pasado antes
Atentamente
Lázaro de Tormes
Enrique Hernández Sánchez, Alberto Soria González y Rubén Requena López 3ºB
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