domingo, 22 de marzo de 2009

Tratado inventado del Lazarillo, por Antonio, de 3ºESO-B

Cuarto tratado

-Después de toda el hambre que pasé con mi anterior amo, el escudero, que Dios lo tenga a buen recaudo, le cuento a vuestra merced de un amo que tuve entre este recién mencionado y el siguiente, el fraile.

-Pues un día deambulando yo por las calles de Toledo muerto de hambre y sin nada que comer me encontré con el que “aparentemente” parecía ricachón.

-Cuando de momento me grita: ¡¡ Niño!!
-Y yo le respondo: ¿dígame señor?
-¿Quieres trabajar para mi? Me respondió él
-No te faltara comida ni vestimenta.


-Yo aunque con dudas lo acepte me llevó a las afueras de la ciudad, a una fortaleza con un gran cartel que ponía “Marques de tabizna”, entramos en ella y mientras llegamos al interior del castillo le estuve preguntando que si el era el Marques de Tabizna, y el con la cabeza lo asintió. Llegamos al interior del castillo y el me lo estuvo enseñando todas las partes que lo componían, desde mi propio cuarto hasta las mazmorras.

-Cuando terminó de enseñarme todo el castillo le pregunte que cual sería mi función y el me dijo que seria como el ayudante de todos sus siervos. Los malos augurios que había tenido anteriormente se me estaban quitando, porque cada vez las cosas pintaban mejor.

- Los primeros días todo fue bien hasta que al finalizar la semana empezaba lo duro me tuve que ir a labrar yo solo con una burra unas 100 tahúllas. Cuando llegué a altas horas de la noche lo único que me dieron de fue un mendrugo de pan duro, ahí comprendí que los primeros días solo había sido una encerrona para que yo no me fuera a las primeras de cambio. Los siguientes días fueron iguales o peores hasta que ya yo casi sin fuerzas no podía hacer casi nada y lo poco que podía hacer me salía mal entonces mi amo empezó a pegarme con un látigo, esto fueron mis días mas duros de mi vida, y cuando mas me acordaba de mi madre y de mi primer amo el ciego que tantos y tan sabios consejos me había dado. Y pronto deduje que no podía continuar así mi amo seguía maltratándome, y solo dure con el un par de semanas mas hasta que el me abandonó en la calle y yo caí desmallado, y pocas horas después mi ya 6º amo me recogería, el fraile, que seguidamente hablaremos, que sepa vuestra merced que con este amo no cuento mucho, porque me hace acordarme de lo mal y las penurias que pasé con él.

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